Procedencia: la historia perdida

Procedencia: la historia perdida reúne un selecto grupo de 10 obras de la colección permanente de arte europeo del Museo, cuyas lagunas en su procedencia han sido motivo de estudio.La muestra presenta los hallazgos de dicho estudio, revelando aspectos que no están visibles a simple vista y muestra aspectos poco conocidos sobre el proceso de la investigación.

La exposición surge como una extensión del Nazi-Era Provenance Research Project, una iniciativa subvencionada por la National Endowment for the Arts, en 2018, para investigar una selección de obras del Museo. Inicialmente se llevó a cabo el estudio de un total de seis obras, con la ayuda de la investigadora independiente Melina Cortés y la asesoría del reconocido periodista Héctor Feliciano, a lo que eventualmente se sumaron otros cuatro objetos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen Nazi consiguió ocupar varios países europeos y organizó un sistema para saquear, embargar y destruir, a una escala sin precedentes, el patrimonio cultural de colecciones públicas y privadas. Por esta razón, los museos tienen la responsabilidad de investigar el historial de propiedad de las obras de arte en sus colecciones, con particular atención a aquellos objetos creados antes de 1946 y adquiridos después de 1932, que estuvieron o pudieron haber estado en Europa durante la guerra.

La investigación de procedencia forma parte del trabajo curatorial en los museos y es habitual que las obras de arte no tengan procedencias completas: las transacciones de obras de arte no siempre se registraron y las circunstancias de persecución, emigración y la guerra misma causó que muchos documentos se perdieran o destruyeran. Es importante para los museos investigar el pasado de los objetos que presentan vacíos en su historia. Los estudios de procedencia son investigaciones rigurosas que contribuyen a obtener el historial de propiedad una obra de arte. El estudio busca responder preguntas como ¿en dónde ha estado la obra? ¿a quiénes le ha pertenecido? ¿cómo fue transferida a lo largo de su historia? De esta manera, se pueden aclarar dudas y descubrir si, en algún momento, los objetos cambiaron de propietario de manera ilegal.

La investigación puede también ayudar a demostrar su autenticidad o incluso atribuirla a un artista en particular.Muchas obras de arte entraron a colecciones norteamericanas a través del mercado del arte de la post guerra, donaciones o compras de buena fe, en las que no se indagó sobre la legitimidad de su procedencia. En este contexto, Luis A. Ferré, fundador del Museo de Arte de Ponce, comenzó a coleccionar arte europeo en 1957, cuando todavía no había una consciencia colectiva sobre los problemas relacionados con la procedencia delas obras tras la guerra. Esto no quiere decir que adquirió obras de arte ilícitas, pero al igual que muchos otros museos de arte europeo en América, el Museo de Arte de Ponce se suma a los esfuerzos por mantener una transparencia en su colección.Esta muestra pone en valor del proceso investigativo, para conocer mejor el pasado de estos objetos hasta su llegada al Museo.